NOTA DE PRENSA DE COAGRET
Ya ha dado comienzo en Zaragoza la Expo 2008 rodeada de grandes titulares, de personalidades y de políticos alabando su lema "Agua y desarrollo sostenible". La llaman la gran fiesta del agua, pero no deja de ser una gran farsa porque no se puede considerar sostenible que participe en ella el Ayuntamiento de Zaragoza, que ha promovido la destrucción del Ebro a su paso por Zaragoza con la construcción del azud, la cementación de las riberas con la destrucción de muchos de sus árboles, la destrucción del cauce realizando un dragado con el único propósito de beneficiar el interés de una navegación también insostenible, la construcción de un canal de aguas bravas artificial cuando a muy pocos kilómetros se puede disfrutar de esta actividad en un entorno natural, o incluso la invasión del propio recinto Expo del cauce del río, como han demostrado las últimas riadas.
No es creíble que participe el Gobierno de Aragón que reclama obras tan insostenibles como el recrecimiento de Yesa, el embalse de Biscarrués o el de Mularroya, con sus respectivos trasvases asociados, amparados en la ampliación de regadíos también insostenibles y provocando la destrucción de valles y obligando a abandonar sus vidas a la gente que vive en ellos; que lleva a cabo una política tan agresiva con los ríos de nuestra comunidad, ni mucho menos el Gobierno de España que apoya esta misma política y que incluso a tratado de construir un trasvase (el del Ebro), que las lluvias de Mayo se han encargado de demostrar que era insostenible e innecesario, que no ha sabido o no ha querido evitar que El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel esté amenazado a desaparecer e incluso pueda perder la distinción de reserva de la Biosfera por la salvaje explotación del acuífero durante los últimos 40 años (y muchas más afecciones que se podrían enumerar); por no hablar de Gobiernos de otras comunidades como las de Andalucía, Murcia y Valencia (entre otras) donde hacen un uso despilfarrador del agua fomentando la creación de regadíos inviables o la construcción de grandes urbanizaciones turísticas y campos de golf desproporcionados.
No puede considerarse una fiesta del agua, que participen países como China que ha construido la mayor presa del mundo, provocando el desplazamiento de millones de personas y destruyendo varios kilómetros de varios ríos. Tampoco que participen países como México en donde la construcción de grandes embalses, además de provocar miles de desplazados, también provoca la muerte de los habitantes que se oponen a ello por parte de grupos paramilitares y gubernamentales que defienden intereses más bien insostenibles.
No puede permitirse que grandes empresas como Endesa participen en una exposición que, se supone, trata de promover el uso racional del agua, dado que estas empresas no sólo han destruido valles pirenaicos para la construcción de embalses, sino que están destruyendo grandes ríos en Latinoamérica con la construcción de grandes represas que no sólo provocan la muerte de ecosistemas únicos, sino que provocan desplazamientos de millones de personas que tienen que abandonar sus tierras. Ni tampoco empresas, que realizan actividades mineras contaminando ríos y provocando graves enfermedades a miles de personas que beben agua de esos ríos y que cultivan sus campos cerca de esas aguas.
Por todos estos motivos, y muchos otros, desde COAGRET expresamos nuestra profunda decepción por la celebración de este acontecimiento en Zaragoza de la forma en la que se va a desarrollar, desaprovechando una vez más la oportunidad de dar un ejemplo al mundo cambiando la política de agua hacia una verdadera política sostenible, empezando por los requisitos de sostenibilidad que el propio evento debería de haber cumplido. No podemos quedarnos callados ante el intento de lavado de imagen que intentan llevar a cabo muchos de los participantes en este evento. Y aunque no haya sido posible evitar en esta ocasión este gran despilfarro, seguiremos luchando junto a todos y cada uno de los afectados por una obra hidráulica, defendiendo una nueva forma de entender la gestión del agua, y peleando para que todas las obras hidráulicas insostenibles que están pendientes y que van a seguir destruyendo ríos y vida, nunca se lleven a cabo.
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