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Las gélidas aguas de Itoiz provocan efectos negativos en el turismo, el regadío y la fauna

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DIARIO DE NOTICIAS


Jesús Iiribarren (22/08/2005)

(22/08/2005)
El río Irati tiene 10 veces más caudal que en estiaje y ha alcanzado los10 grados

Las pruebas de vaciado del embalse han dejado este verano inutilizadas todas las zonas de baño, desde Aoiz a Sangüesa

Las pruebas depuesta en carga del embalse de Itoiz están provocando efectos negativos colaterales en tres ámbitos muy sensibles hasta 50 kilómetros aguas abajo de la presa. Por un lado, durante este verano es físicamente imposible bañarse (el agua baja como media a 10 grados, cuando lo normal eran 20, valor mínimo en piscinas o playas) entre Aoiz y Sangüesa, quebrando un espacio de ocio muy utilizado por vecinos y turistas estos meses. Por otro lado, la fauna (peces y aves) está sufriendo notablemente los traumáticos cambios de temperatura y volumen de agua inusuales (el caudal, de 25 metros cúbicos, es diez veces superior al típico de estas

fechas) mientras que debido a regar con agua a muy baja temperatura, diversos cultivos se están resintiendo en toda la vega del Irati.

Autoridades locales, usuarios y vecinos han mostrado su malestar por la primera circunstancia mientras que grupos ecologistas denuncian los perjuicios medioambientales y expertos agrónomos de la UPNA avisan sobre la inconveniencia de usar directamente esta agua para regar cultivos. Desde la CHE (el Gobierno de Navarra se remitió a este organismo), por su parte, se reconocen estas afecciones (aunque se matizan y se apuntan otras positivas en la zona de Aragón) y la poco idoneidad de las fechas, pero se indica que la prioridad es poner cuanto antes en marcha el embalse y atender también las necesidades en el valle del Ebro.

¿Por qué sucede esto? La explicación de las causas de este fenómeno es bastante clara. Desde el pasado 27 de junio la Confederación Hidrográfica del Ebro inició la tercera fase de las pruebas de la presa de Itoiz que consiste en el vaciado parcial de las aguas que contenía el embalse (otras interpretaciones hablan de que podían tener problemas en los desagües, extremos negados por la CHE) para evaluar el comportamiento del dique. Como es sabido la Coordinadora de Itoiz ha denunciado repetidamente que pueden existir problemas con la presa, pero no en su propia estructura sino por corrimientos de tierra en la llamada "ladera izquierda". En cualquier caso el hecho es que siguiendo el programa oficial, (aunque con mes y medio de retraso ya que según explicó en su día el Gobierno se prefirió posponer el desembalse del 15 de mayo a finales de junio para coincidir con el estiaje y ayudar a paliar la sequía en Aragón), el pasado día 27 de junio comenzó a soltarse agua a razón de 21,85 metros cúbicos por segundo. Así, cada día se bajaba la cota de agua en 30 centímetros (empezaron con 561 metros de

altura) hasta llegar a la cota 548 (la pasada semana), momento en el que estaba previsto subir el volumen de suelta de agua al correspondiente a 50 centímetros por día. Hoy la altura de agua está en unos 543 metros, según la web de la CHE. Por tanto, aún resta baja el nivel (y con él el volumen de agua embalsada) hasta la cota 536. Si se cumplen los plazos, el 2 de septiembre terminaría este proceso que habrá lanzado al Irati un total de casi 120 hectómetros cúbicos. El embalse tenía en junio 190 hectómetros cúbicos y en septiembre debería estar con sólo 68. Cuando el embalse se llene definitivamente (cota 586), si al final sucede, acogerá 418 hectómetros cúbicos (Yesa tiene 470).


Aguas oscuras y frías a 50 metros

Lo que está sucediendo actualmente es que el agua, en lugar caer por los aliviaderos de superficie (esto sería en caso de avenidas para lo que hay un margen en la cota de la presa hasta 588 metros), sale de los desagües de fondo situados a pie de presa, en la cota 506 metros. Por tanto, el agua que ha venido saliendo tenía por encima suya una torre de agua que llegó a superar los 50 metros. A partir de poco más de un metro los rayos de sol no llegan (en el fondo la oscuridad es total) y mucho menos su calor, por lo que son aguas muy frías (en el estudio de impacto ambiental se habla de 4 grados cuando esté lleno), poco oxigenadas y muy densas.

Por las mediciones realizadas en la zona de Ecay, el agua puede bajar actualmente con una temperatura que se aproximaría a los 8 grados. Si a esto se le suma que el caudal va multiplicado por diez respecto (25 metros cúbicos por segundo) a lo que es un caudal de estiaje (1,8/2 metros cúbicos por segundo) o el habitual en esta fechas (el año pasado el mínimo de julio en Aós-Lónguida fue de 2,7 m/s), resulta técnicamente imposible que esas aguas se calienten durante su discurrir por las localidades que van desde Aoiz hasta Sangüesa. De hecho, en el puente de Aós va a 9 grados y en la foz de Lumbier (paso cerrado y sombrío) se han medido también 8 grados. Conforme se baja por el valle va subiendo un grado (10 en Liédena). En Sangüesa y Cáseda (12 y 14 grados, respectivamente), se nota la mezcla con las aguas del río Aragón.

El problema del caudal es coyuntural ya que el embalse en condiciones normales mantendría un caudal mínimo por encima de 2 metros cúbicos, pero el de la temperatura de salida será algo constante.

Pese a la lógica de los hechos, vecinos, turistas, agricultores y autoridades de aguas abajo a la presa han tardado en relacionar una cuestión y otra. Al margen de opiniones favorables o contrarias al pantano por otras razones, lo que sí ha despertado un comentario unánime es algo palpable como que la temperatura del río este año era tan baja que resulta imposible permanecer más de un minuto sumergido en él. "La gente lo está comentando y de hecho hay varias familias con críos que han tenido que pagar el abono en las piscinas de Aoiz porque no podían utilizar las zonas habituales del río.

Nos han quitado un espacio de ocio sin dar alternativas y eso es denunciable", explica Francisco Oliver, alcalde del Valle de Lónguida. Este comentario está extendido también en Aoiz con el Pozo Redondo sin bañistas.

En Lumbier, donde la foz era un atractivo turístico y ocio para cientos de personas a lo largo del verano, también se ha inutilizado la zona de baño (lo mismo que en Liédena) y se advierte a los piragüistas del peligro de un schoch térmico al caer al agua sin traje de neopreno.

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