EUROPAPRESS
(23/06/2009)
La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos/COAGRET advirtió hoy de que la construcción del embalse de Biscarrués supondrá «retroceder 20 años» en esta zona e «ir a peor». Hace dos décadas los municipios ribereños del río Gállego «estaban languideciendo» y consiguieron «florecer» gracias a la actividad turística generada en torno al río, por lo que la construcción del embalse supondrá «volver dos décadas atrás».
Así lo explicaron hoy a Europa Press la representante de la Coordinadora, Marta de Santos; el empresario Isidro López, en representación de los empresarios de Aguas Bravas; el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Murillo de Gállego, Santiago Castán, en representación de los ayuntamientos de La Galliguera; José Antonio Casaucau, en representación del municipio de Santa Eulalia; y Beatriz Casaucau, de la Asociación de Amigos de La Galliguera.
Isidro López indicó que el pasado año más de 100.000 personas realizaron descensos en el río Gállego, donde numerosos empresarios se han asentado gracias al turismo de naturaleza y aventura, y «han invertido dinero, tiempo e ilusión» en estas actividades que han conseguido «generar empleo y asentar población», todo ello «sin cambiar el curso natural del río» ni causar afecciones al entorno natural.
El anteproyecto del embalse de Biscarrués reconoce esta actividad, pero «dice que sólo causará afecciones a uno de los cuatro puntos de turismo activo que existen», algo que «es mentira, ya que no existen cuatro puntos, sino que son dos tramos de descenso».
López señaló que de estos dos tramos, si se construye el embalse, «uno quedará totalmente impracticable», el tramo que va de la playa de Murillo al puente de Santa Eulalia; mientras que el segundo tramo, «el más comercial», un recorrido de ocho kilómetros entre Carcavilla y la playa de Murillo, se vería afectado en tres kilómetros «reduciendo la calidad» de los servicios que se ofrecen.
Estas actividades relacionadas con el turismo de aventura ocupan a más de 300 personas en esta zona y generan un volumen de 4 millones de euros al año, «sólo en turismo activo», a lo que habría que sumar la actividad de los visitantes en otros municipios y su gasto en alojamientos y establecimientos, porque «el rafftin no es la única actividad de la zona», aunque sí que es un foco de atracción para el turismo.
Asimismo, «se dice que la creación del pantano tendrá un impacto positivo en la zona porque creará puestos de trabajo en su construcción, pero qué pasará después», se preguntó el empresario, al valorar que «se nos trata como a tontos o a ilusos, cuando llevamos más de veinte años creando empleo en esta zona».
En este mismo sentido, aseguró que todos los afectados «estamos indignados y enfadados, porque no estamos en contra de que el agua del Gállego se use para desarrollar otras comarcas, pero no queremos que nos quiten nuestro pan. Ya que las administraciones no nos ayudan, al menos que no echen por tierra nuestro trabajo», aseveró Isidro López.
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